Jonas Vingegaard se exhibe en solitario entre las piedras y el mar de O Gran Camiño

Jonas Vingegaard se exhibe en solitario entre las piedras y el mar de O Gran Camiño

24 febrero 2023 Desactivado Por Redacción Sprint Final

Glyngore es una pequeña localidad danesa pegada al mar y que dispone de un coqueto puerto, pequeño y estrecho, por el que su bocana entran los barcos de pesca, no muy grandes, tras la jornada de capturas. Probablemente, hoy Jonas Vingegaard recordó su lugar de origen al bajar del monte de Santa Trega y, desde lo alto, observar A Guarda bajo un día soleado, frío y despejado. Allí también pudo ver una estrecha entrada al puerto, que protege a los barcos artesanales de la fuerza del Atlántico.

Seguramente, la vista le hizo recordar los tiempos en los que en esa localidad danesa compaginaba el ciclismo con el trabajo a media jornada en una empresa pesquera, similares a las de la zona de Galicia. Y, todo esto, lo podría pensar una vez iniciado el descenso porque, cuesta arriba, su velocidad impidió cualquier imagen bucólica y, prácticamente, cualquier recuerdo. El vigente ganador del Tour de Francia comenzó la temporada incontestable, sublime entre los rehabilitados castros del extremo sur de la provincia de Pontevedra. Su superioridad resultó de tal calibre que hizo gozar de forma especial a los espectadores porque lo pudieron observar en solitario, sin oposición, en una vista limpia en los dos últimos kilómetros y, en especial, en el via crucis decisivo en el que se agolpaban los aficionados. Mañana comienza la campaña de piedras en Bélgica, pero el adoquín lo inauguró O Gran Camiño en una fotografía que ya será parte de la historia del año ciclista en el mundo. Pura belleza deportiva.

El danés, el vigente campeón del Tour, el adolescente que trabajó en la fábrica de pescado, se llevó la etapa y se situó líder de una forma que asusta. El Jumbo Visma controló la etapa, neutralizó la escapada al paso por Oia y Steven Kruijswijk -otrora líder de equipo y ‘Krispis’ para la chanza tuitera- puso el paso en el Alto da Portela. No pudo moverse nadie en cabeza y muchos lo hicieron por detrás para ceder terreno. El moañés Delio Fernández aceleró para pasar primero por el alto, sumar tres puntos y advertir que mañana, camino de las montañas ourensanas, peleará por ser el escalador de O Gran Camiño.

Mantuvo el ritmo el equipo neerlandés en O Rosal y en la aproximación hasta el pie del Trega. En su entrada, voraces, aparecieron los World Tour como el Movistar y el Cofidis. Un kilómetro y algunos metros más de pelea por marcar el ritmo en cabeza y endurecer el ascenso. Ion Izagirre y Jesús Herrada estaban por allí, también los telefónicos Pedrero y Guerreiro; Langellotti, el animador del Burgos y alguno más. Todos parecieron corredores amateur cuando Vingegaard aceleró y se marchó a dos kilómetros de meta.

Mucho antes de lo que indicaban las previsiones, la lógica y cualquier apuesta. Cosas de genios y figuras, de fenómenos que convierten lo imposible en cotidiano. Su figura pasó por el poblado castrexo en solitario para la fotografía perfecta y también lo hizo en el vía crucis empedrado. La etapa estaba decidida y, probablemente, O Gran Camiño también. Los aficionados al ciclismo se frotan las manos pensando en el verano, en el Tour con Vingegaard y Pogaçar y, mientras en el camino, ellos ganan. En Andalucía entre olivos, el esloveno, y en una bella villa marinera con coqueto puerto, el danés.


Imagen destacada: Sprint Cycling Agency / O Gran Camiño

Redacción de Sprint Final.