Tour de Francia 2020, paraíso de los escaladores e infierno para los rodadores

Tour de Francia 2020, paraíso de los escaladores e infierno para los rodadores

15 octubre 2019 Desactivado Por Eriz Fraile García

Como suele ser costumbre a mediados de octubre, la competición ciclista de carretera deja paso a otro tipo de noticias, por lo general fichajes de última hora o cambios de patrocinios en algunos casos. Además, también es el momento en el que se comienza a conocer el recorrido de algunas de las pruebas de la siguiente campaña, entre ellas las ‘Grandes Vueltas’. Con este escenario de fondo, ASO presentó durante la mañana de este 15 de octubre la que será su 107ª edición. A grandes rasgos, la carrera es relativamente fácil de describir, pues será un paraíso para los escaladores y algo parecido al infierno para los rodadores o especialistas contra el crono.

Pese a ello, no todo son malas noticias, al menos para tener acción en la montaña desde prácticamente el inicio de la carrera. De antemano, ya se sabía que la segunda etapa por los alrededores de Nice contaría con puertos de entidad (Turini, Colmaine, Eze y Quatre Chemins) para dinamitar la general. A esta jornada se le unen como piedras de toque otras dos, esta vez con sendos finales en alto. Sin grandes rampas, Orcières Merlette -7.1km al 6.7%- pondrá el picante en la cuarta jornada, mientras que La Lussette -11.7km al 7.3%- y el falso llano posterior hasta Mont Aiogual -8.3km al 4%- prometen un espectáculo aún mayor en la sexta etapa.

Entre medias y antes del primer día de descanso, se espera que las etapas impares (1, 3, 5 y 7) sean territorio para los ases de la velocidad, sin que ninguna supere el doble centenar de kilómetros. Para completar esta primera semana, la carrera hará un breve paso por los Pirineos, donde se desechan gran parte de las cimas míticas. En su lugar, los favoritos se jugarán sus opciones sin finales en alto y con un orden de etapas que parece acertado. Así pues, la octava etapa contará con Menté, Balès y Peyresourde -9.7km al 7.8%- a apenas nueve kilómetros del final. Para rematar este apartado, al día siguiente será turno del encadenado Hourcére, Soudet y Matie Blanque -7.7km al 8.6%-, cuya cima estará a 19 kilómetros de meta.

Con la intención de dar cierto respiro a los escaladores, la segunda semana comenzará con un par de etapas que se deberían decidir al sprint y otra -la más larga de la carrera con 216 kilómetros- que llevará las opciones de la escapada a cotas más altas camino de Sarran. Sin excesivos detalles, se espera una jornada escarpada también de camino a Lyon, entre medias del Macizo Central y los Alpes. Estas dos cordilleras serán sede de dos finales en alto de alta exigencia, con el encadenado de Neronne -3.8km al 9.1%- y Puy Mary -5.4km al 8.1%- en primer lugar y la llegada a la Grand Colombier -17.4km al 7.1%- tras un gran encadenado como previo al segundo día de descanso.

Tras hospedarse en dicha cordillera un triple asalto aguardará a los ciclistas, con un orden que vuelve a parecer bien tirado. Para abrir boca, un final en el que habrá una veintena de kilómetros de falso llano hasta Villars de Lans tras el paso por el tendido Saint Nizier de Noucherotte. Un día más tarde, un encadenado de primer nivel con Madeleine -17.1km al 8.4%- y el estreno del Col de la Loze -21.5km al 7.8%-, que supera los dos dígitos tras el paso por la más habitual Meribel. El postre, en esta ocasión, la más larga de las tres -168 kilómetros- y con cinco ascensiones (la última sin puntuar) para dictar sentencia y Plateau des Glieres -6km al 11.2%- como principal atractivo a falta de 28 kilómetros.

Pese a todas las buenas opiniones que se pueden percibir en las lineas anteriores de este texto, todo el trabajo se va al traste en la única (sí, no habrá más) crono de la carrera, que llegará tras una nueva etapa llana. Y no será precisamente llano este esfuerzo individual, pues el arco de meta estará situado en La Planche des Belles Filles tras subir a este punto con algo más de una veintena de kilómetros en las piernas. Y de ahí, al paseo de París. En definitiva, se trata de un Tour de Francia que copia algunos puntos positivos de La Vuelta, como es la montaña desde el principio. Sin embargo, la ausencia de maratones de montaña (aunque no hay etapas excesivamente cortas) y el desprestigio de la crono bajan mucho la nota global.


Imagen destacada:Tour de Francia / ASO

Perfiles de las etapas: Tour de Francia / ASO

Sprint Final. Eriz Fraile (@FraileEriz).