Concentración ciclista, ¿qué, cómo, cuándo y dónde?

Concentración ciclista, ¿qué, cómo, cuándo y dónde?

21 enero 2021 Desactivado Por Asier Fernández Sobera

8:25 de la mañana. La luz llena ya el apartamento, pero el silencio es absoluto aun. 8:30. El despertador suena y comienza un nuevo día de entrenamiento. Como si de un movimiento robótico se tratase, Iker Cerviño (ciclista sub23 de Telco’m-On Clima-Osés) se acerca a la báscula. Un poco menos que ayer, bien. Las mañanas son diferentes cada vez cuando un ciclista prepara la temporada lejos de casa. A veces por el clima, a veces por el terreno o a veces simplemente por aislarse un poco de todo, los ciclistas viajan para entrenar a lugares de lo más variopintos. A este tiempo fuera de casa y dedicado exclusivamente al entrenamiento se les denomina concentraciones.  ¿Cómo, dónde y para qué son estas concentraciones? 

Yeray Medina (ciclista sub23 de Hostal Latorre), con el estómago vacío, impensable para alguien no deportista, se viste para hacer una corta sesión en el rodillo antes de salir a rodar a la carretera. Con el cuerpo un poco entumecido todavía, las pedaladas comienzan a sucederse con las tostadas con aguacate en la cabeza. Mientras tanto, Cerviño desayuna disfrutando de la agradable temperatura que ofrece el Mediterráneo en enero. En julio y agosto, probablemente, desde el balcón se vería a mucha gente de camino a casa tras una larga noche de fiesta. Pero en pleno invierno, Benidorm y toda la provincia de Alicante se llena de ciclistas y de nuestros mayores. Ambos en busca de lo mismo, el buen clima.

Aunque los primeros compases de la jornada sean distintos, a las 11 de la mañana Yeray e Iker salen a entrenar. Aquí también difieren. Mientras que Cerviño sale en dirección sur para juntarse a Julen Arriolabengoa, Andoni López y Mikel Mujika (Caja Rural-Seguros RGA amateur), Medina pedalea hacia el norte, pues su entrenamiento hoy es más fácil. A la hora de comer y con el trabajo ya hecho, ambos vuelven a juntarse en la mesa. Por la tarde, la siesta es la protagonista durante al menos una hora y la tarde la llenan con paseos, películas, la compra y otras veces gimnasio. La cena sirve para hacer un repaso de lo que ha sido del día y de lo que será en el próximo. 

“En invierno venimos a Benidorm porque las temperaturas son estables y agradables para entrenar. Además, a muy pocos kilómetros encuentras muchas subidas y recorridos distintos y eso en casa no siempre es posible”, explica Medina, quien lleva casi un mes dedicado únicamente a entrenar, cuidar la alimentación y descansar. “Hay muchos ciclistas de nuestra categoría que se dedican al ciclismo con más pasión y rectitud que algunos profesionales”, cuenta Cerviño. Y es que en la categoría élite-sub23, los corredores no cobran un sueldo y tienen que compaginar ciclismo y estudios para que una de las dos opciones les de un futuro estable. “Hay que sembrar para recoger”, añade el ciclista navarro en referencia a que el paso por la categoría inferior al profesionalismo es necesario y el paso a esta última un objetivo “a largo plazo”. “Aquí puedo concentrarme y no me preocupo nada por si mañana llueve o a qué hora tengo que salir para poder hacer el entrenamiento sin pasar frío. La motivación también es mayor” comenta el vizcaíno. 

Suele ser más habitual en el ciclismo que en invierno los equipos acudan a lugares con un clima caluroso donde puedan entrenar sin ningún impedimento y donde poder reunirse todos de cara a la temporada, que en años normales empieza a finales de enero o principios de febrero. En verano, en cambio, suelen buscar zonas altas donde realizar entrenamientos de calidad y con un clima más fresco. El trabajo como ciclista profesional implica rendir de la mejor forma posible. Es por esta razón que los ciclistas buscan mejorar el rendimiento siempre que esté en su mano y estas concentraciones permiten que esto ocurra en un menor tiempo gracias a las jornadas largas, el descanso absoluto y la alimentación. 

Dos bollitos de Nutella, barritas, herramientas, agua, recambio para los pinchazos… Ya está todo. Los bolsillos de los ciclistas salen cargados para los entrenamientos. Varias horas después, los bolsillos llegan tan vacíos como los propios ciclistas. Ser precavido ante cualquier imprevisto es primordial para este tipo de deportistas, quienes desarrollan su actividad lejos de grandes localidades durante tantas horas, para poder cumplir con la sesión sin ningún infortunio. Café, manta, televisión, y una buena cena serán necesarios para que todo este ciclo que supone un día de trabajo vuelva al inicio. Tras un período de 10-15 días siguiendo estas pautas, los ciclistas ven los efectos de estas concentraciones en su rendimiento. Ya sea en competiciones o en algún test para comprobar si existe necesidad de más carga o más descanso, la rectitud de estas jornadas tomarán forma y se verán materializadas.


Imagen destacada: Asier Fernández Sobera